Cuando la religión cristiana fue aceptada como oficial y después de el trágico descenlace del imperio romano, surgió el problema de buscar lugares apropiados para practicarla. Las primeras iglesias (sin contar las reuniones que se daban en el paleocristiano) pertenecieron al periodo Románico en la historia de la humanidad.
Estas construcciones tenían grandes muros, eran de forma alargada y al mismo tiempo altas, simulando una cruz latina. El silencio y la obscuridad predominaban para así motivar la reflexión. Muchas de ella eran de formas geometricas simples y eran ricas en simbolos.
Pero tiempo después estas iglesias fueron cambiando sus formas y es entonces cuando entramos al gótico. Un movimiento cultural y artístico que desencadenó la imaginación de grandes ilustres. Con sus iglesias descomunales, puntiagudas, como cascadas que caen al cielo, grandes rosetones que relatan la historia de la humanidad a través de imágenes y colores, con gargolas que escupen los males y fachadas vistosas que seducen al espectador.
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